sábado, 31 de julio de 2010

Guardianes del patrimonio

Estatuas, urnas funerarias, herramientas de trabajo, utensilios de viviendas y hasta dinero, entre otros elementos, forman parte de colecciones preservadas en la isla de Ometepe

Petroglifo del Volcán Maderas




Rosa N. Fuertes Toledo


En los últimos años ha aumentado la actividad turística de Ometepe y eso se debe en gran medida a la iniciativa de ciudadanos de la isla que han desarrollado acciones como la conformación de comisiones de turismo, promotores de cultura, grupos de guías turísticos y sobre todo los esfuerzos particulares de sus habitantes para preservar su patrimonio.

Algunas de las experiencias que se destacan es la creación de museos como el de Altagracia, ubicado en una de los dos pueblos más grandes de la isla. A cargo de ese museo se encuentra Hamiltón Silva, reconocido historiador de la zona.

El museo de Altagracia es el primero de su dimensión fundado en la isla, la idea la impulsó el profesor Silva y fue apoyada por una asociación promotora “antes nadie le tenía aprecio a formar un museo, yo tenía mi colección” dice Silva.

En 1992 formaron la asociación y empezaron a recoger piezas donadas por algunas personas, la Fundación Entre volcanes, las alcaldías de Moyogalpa y Altagracia, se sumó al esfuerzo el Instituto de cultura y el organismo Danida que contribuyó con la fundación del museo en 1994.

Ahora tienen apoyo de la alcaldía de Altagracia pero no cuentan con el presupuesto necesario para su mantenimiento. El museo tiene cuatro salas: de Medio ambiente, Etnología, Historia y la Sala Arqueológica

“Estamos multiplicando la cultura con una asociación que me están apoyando como organización, se llaman Asociación de Artistas de gestores y cultura, donde estamos aglutinando a todos los artistas de la isla para su protección” explica Silva en relación a los esfuerzos actuales, que va más allá del cuido de las piezas de museo.

Otro loable esfuerzo es el que hace la familia García con la Sala de Arqueología que está ubicada en la calle del muelle en Moyogalpa, la familia resguarda la sala mientras desarrolla otras actividades comerciales alternas, ya que asumen los costos que implica.

Llevan unos 40 años “recogiendo” las piezas dice Ligia García, tienen más de 400 según sus cálculos, la mayoría son urnas funerarias, también tienen piezas de cerámicas de distintos períodos, así como algunas piezas antiguas, pero de uso más reciente en la vida cotidiana de Ometepe.

García dice que lo que su familia hace es recoger porque consiguen todo lo que pueden evitando que siga el saqueo iniciado en los década de los 60, algunas personas apoyan la tarea. “No es ninguna donación de una institución, ha sido un esfuerzo de la familia, que desde 1996 está en exhibición al público”.

Tanto en el museo de Altagracia como en el de la Sala de Arqueología han contado con apoyo de arqueólogos que visitan la isla de vez en cuando para realizar sus estudios. Esa es una de las maneras en que obtienen información para cuidar la colección, también buscan en Internet y en textos escritos por expertos.

“Siempre andamos detrás para que las piezas no salgan de la isla, que la gente sepa el valor histórico y sobre todo para que otras personas vengan y conozcan” señala García.

HISTORIA EN PESOS Y CENTAVOS

Camino al municipio de Altagracia, a 8 kilómetros de Moyogalpa, queda la entrada al Museo numismático El ceibo, está en la hacienda El Refugio, misma que forma parte de una lista de fincas o haciendas que se dedican a ofrecer actividades agroturísticas a sus visitantes, ésta tiene la particularidad de tener ese museo.

La colección de monedas y billetes del Museo Numismático recoge desde el cacao, que fue usado para transacciones comerciales con mucho peso aún hasta inicios de 1900, hasta nuestros billetes actuales, es un esfuerzo privado de Moisés Ghitis Rivera, que le ha llevado casi toda su vida y que continúa, porque espera todavía más cambios en la moneda nica.

“Es un rescate histórico de Nicaragua donde aparecen los presidentes porque influyen en el diseño del dinero, es para que los estudiantes conozcan de una forma amena la historia de Nicaragua” asegura Ghitis, que como todo coleccionista apasionado conoce los pormenores de cada pieza que expone. “Es mi pequeño aporte a la isla” afirma entre modesto y orgulloso.

El coleccionista considera que la exposición de su museo es única en Nicaragua, ya que además de recoger todos los períodos de nuestra historia precolombina, colonial y contemporánea, es la única en el país con acceso al público, además porque Nicaragua es uno de los países con más transformaciones en su moneda, ya que cada gobierno emite billetes y monedas con distintas figuras y representaciones.

Tanto los museos como otros sitios similares para visitar en la isla, cobran cantidades simbólicas para poder ingresar, ya que no gozan de apoyo externo para su manutención.

Como parte de las actividades ofrecidas por fincas similares a El refugio, están los recorridos por senderos en zonas donde abunda otro tipo de “colecciones”: los petroglifos que hablan de la historia de Ometepe.

En fincas como el Porvenir y en la Hacienda Magdalena, cuentan con el servicio de guías que pueden brindarle datos históricos sobre los mismos o llevarlos a hacer recorridos por los volcanes o cascadas.

Estas fincas tienen servicio de alojamiento, alquiler de bicicletas, cabalgatas y pueden involucrar al visitante en los procesos de producción de las fincas, entre otras actividades con las que jamás podría aburrirse y con las que podría conocer un poco más de Nicaragua.

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